domingo, 9 de octubre de 2011

LA SERIE NEGRA


Duros, solitarios, a veces violentos, de moral ambigua, fascinados por lo más oscuro e irracional del ser humano y capaces de adentrarse en cualquier agujero a cambio de dar caza al asesino: así es como Hammett, Chandler, Ross Macdonald y el a veces olvidado John Carroll Daly crearon a los primeros detectives de novela negra, también llamada hard-boiled.
Un prototipo que ha llegado hasta hoy y con el que se podría dar una buena réplica a quienes en su día apostaron poco o nada por la supervivencia de un género fascinado, sustentado y motivado por lo más oscuro, irracional y sanguinario del ser humano.
Ellos crearon un tipo de detective que podía enfrentarse al mundo real. El perfecto contrario a aquellos primeros detectives de la escuela inglesa que con su deducción y su refinamiento ponían orden en un elevado caos. El descenso a los infiernos y, por qué no, a la vida misma lo pusieron los maestros de la novela profesional del crimen.
El injustamente olvidado Carroll John Daly (1889-1958) tiene en su cartera de méritos uno fundamental: haber sido el primero en crear un personaje que sería el padre de los mejores y más conocidos detectives hardboiled: Race Williams. El tipo duro y agresivo capaz de darle la réplica a una sociedad llena de oscuridades. Tal vez no fuera él quien le diera la calidad al género, pero sí quien creó el primer detective, en 1922, en The False Burton Combs. Su detective sería el inspirador de los creados por Chandler y Doyle.

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