lunes, 11 de octubre de 2010

TARA LYNN

Complejo es una palabra que no está en el vocabulario de Tara Lynn. A sus 27 años, no le afecta comprar ropa talla XL en almacenes donde todas son delgadas.Por eso para quienes la conocen no fue sorpresa verla en la portada de marzo de Elle, una de las revistas de moda más importantes en el mundo, que la escogió como imagen de su campaña a favor de las modelos de tallas grandes.Sin embargo, el objetivo de Elle no es acostumbrarse a la gordura en un país que gusta especialmente de mantenerse en forma y está preocupado por unas recientes estadísticas que dictaminan que un 42% de las mujeres francesas sufren de sobrepeso.
"Como periodistas de moda, nuestra inspiración fue preguntarnos si podemos utilizar modelos de talla grande y hablar de moda, sin más. No queremos desviar la atención al hecho de estar utilizando chicas grandes", explica Valérie Toranian, la redactora jefa de la revista a The Times. "Por eso utilizamos mujeres realmente redondas, y no las que están rellenitas. Es más interesante mostrar que las chicas grandes también pueden verse increíblemente sexy".Ser modelo de tallas grandes está de moda gracias a revistas como Glamour y Elle, que han empezado campañas para replantear los cánones de belleza que marcan la pauta en las pasarelas. Tanto así que es ahora, con sus 84 kilogramos, cuando el nombre de Tara está teniendo eco en el mundo del modelaje. Las veinte páginas de fotos suyas en la edición francesa de Elle, donde muestra sus irresistibles curvas en diseños atrevidos y reveladores, le abrieron las puertas de la revista V y de la agencia Heffner en Seattle.Pero, al parecer, no es tan fácil. La misma Tara Lynn ha vivido las consecuencias de los kilos de más en una sociedad perfeccionista. "Perdí 30 kilos en dos años, pero no era sano; estaba hambrienta y siempre me dolía algo. Así que dejé a mi cuerpo en paz, volví a engordar y volví a sentirme feliz", recuerda en Elle. "Fue cuando intenté trabajar como modelo en Nueva York. Hoy no sólo me siento bien por mi profesión, sino porque tengo el control sobre mi salud y he aceptado el hecho de que mi silueta nunca coincidirá con la imagen de belleza con la que constantemente nos bombardean".

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