miércoles, 12 de septiembre de 2012

JEAN PIERRE MELVILLE

Jean Pierre Grumbach, conocido como Jean-Pierre Melville (París; 20 de octubre de 1917 - ídem; 2 de agosto de 1973), fue un director de cine francés, precursor de la nouvelle vague y considerado un exponente clarísimo del cine polar (cine negro) francés. Sus películas sobre todo las de la década de los 60 acusan una exaltación total de la amistad entre hombres, muchas de estas películas basadas en historias de gangsters y de personajes que han vivido la Segunda Guerra Mundial, durante la Francia ocupada por el ejército nazi, ya que él mismo fue protagonista activo de la contienda. Tras unos comienzos difíciles, su valor comenzó a ser reconocido por una legión de seguidores, lo que le lleva a realizar una serie de películas, de las cuales, la más notoria es Deux hommes dans Manhattan 1958). Hasta 1961, año en que rueda Leon Morin Prete, Melville, definiría su cine, como "la búsqueda de un lenguaje". A partir de entonces, empieza a rodearse de actores más conocidos, algunos de ellos auténticas estrellas del cine francés. Sus principales actores fetiches a partir de ésta nueva etapa, fueron Jean Paul Belmondo, Lino Ventura y Alain Delon, siendo éste último el más recordado y con el que Melville mantuvo una amistad más estrecha. Otras figuras de las que se rodeó, fueron Simone Signoret, Michel Piccoli, Stefania Sandrelli, François Périer, Yves Montand o Gian Maria Volonté. En ésta época realiza sus películas más reconocidas: El confidente (Le doulos, 1962)]], Hasta el último aliento (Le deuxième soufflé 1965), El silencio de un hombre (Le samourai, 1967), El ejército de las sombras (L’armeé des ombres, 1969), y El círculo rojo (Le cercle rouge, 1970). Melville siempre ha sido considerado, el director más americano de los franceses, el más francés de los americanos... Se le tachó de americano por la realización de películas como ''Deux hommes dans Manhattan'' (1958) - anteriormente citada- Le Doulos (1962) o Le deuxieme soufflé (1966), películas con historias sobre robos, crímenes y gangsters, tan típicas del cine americano de los años 30, que tanto influyó en el director galo. Un claro ejemplo de éste acontecimiento se da en su película más conocida El silencio de un hombre (Le samourai, 1967), en la que el protagonista (Alain Deloin) interpreta a un asesino de nombre Jeff Costello, un nombre impensable para el escenario parisino donde sucede el film. Otros le tachaban de "francofrançais", más francés que los franceses, por obras citadas como Les enfants terribles (1950), Leon Morin Prête (1961) o L’armée des ombres (1969)

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