domingo, 1 de mayo de 2011

CONRAD VEIDT


Conrad Veidt, actor alemán, conocido hoy sobre todo por sus interpretaciones en películas como El gabinete del Doctor Caligari (1920) y Casablanca (1942).
Aunque su nombre resulte casi desconocido para el gran público, fue uno de los actores más importantes y prestigiosos de la Alemania de entreguerras. De temperamento nervioso y cuerpo delgado, su elevada estatura y sus rasgos angulosos debieron parecer idóneos a los productores cinematográficos para papeles de tirano, loco o malvado, como Satanás, Ivan el Terrible o Rasputín, pero también de héroe o seductor. Le solían llamar "der Dämon der Leinwand" ("el demonio de la pantalla"). Durante la época del cine expresionista alemán se le consideraba uno de sus máximos exponentes por lo hiperbólico de su físico y sus interpretaciones, perfectos para reflejar el lado oculto, onírico, oscuro de la naturaleza humana que deseaba desvelar este estilo artístico.
Su primera vocación fue la de médico. Gracias a su tenacidad logró ingresar en la compañía de Max Reinhardt y, desde 1916 hasta su muerte (en 1943), participó en unas cien películas, muchas desaparecidas. Su primer papel en una película famosa en el cine expresionista fue el de Césare, un asesino sonámbulo, en El gabinete del Doctor Caligari (1919), una de las cintas más influyentes del cine mudo, así como El hombre que ríe (1928), de Paul Leni, en la que interpretaba a un artista de circo desfigurado. "Las Manos de Orlac" (1924), de Robert Wiene, "Nju" (1924), de Paul Czinner o "El Estudiante de Praga", de Henrik Gaalen -director de la famosa "El Golem" (1915)- son otros títulos míticos del cine alemán de la época donde Conrad Veidt tuvo un papel importante o de protagonista. También colaboró con el gran director F.W. Murnau en cinco filmes, donde podemos ver al actor interpretando, entre otros, el papel de Satanás en una serie de episodios sobre el diablo.
En 1927 viaja a Hollywood en respuesta a la llamada de John Barrymore para que hiciera el papel del Rey de Francia en The Beloved Rougue, pero el advenimiento del sonido le hizo regesar a su país porque su fuerte acento alemán limitaba sus posibilidades en Estados Unidos.
Se opuso fervientemente al régimen nazi, el cual, por otra parte, siempre miró con recelo a este declarado amigo de los judíos. Goebbels, consciente de la enorme popularidad de Veidt -fue el segundo actor mejor pagado de Alemania después de Emil Jannings, a quien Veidt admiraba y consideraba su mayor rival y opuesto a Veidt en muchos aspectos- intentó ganarle para la causa nazi o, al menos, retenerle en el país, pero tras su interpretación como el "judío Süss" en la película británica del mismo nombre, abandonó su empeño y el actor descendió inmediatamente a la categoría de "persona non grata".
Logró escapar de Alemania en 1933, cuando descubrió que la Gestapo planeaba asesinarle, con su tercera esposa Lily Prager, judía -acababa de divorciarse en 1932 de Felicitas Radke, madre de Viola, su única hija-. Se asentó en Gran Bretaña, donde continuó haciendo películas, entre las que destaca El ladrón de Bagdad (1940), de Michael Powell, con quien también rodó "El Espía Negro" (1939) y "Contrabando" (1940).Más tarde fue a Hollywood, donde hizo películas como Un rostro de mujer (1941) o "Agente Nazi"(1942), de Jules Dassin, aunque su papel más recordado de esa época es el del agente nazi Heinrich Strasser en Casablanca (1942).
Murió el 3 de abril de 1943 a causa de un infarto mientras jugaba al golf en Los Ángeles.

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